La cultura se ha convertido en algo impuesto de manera unidireccional, dirigida y monolítica, relegada a exigencias mercantiles. Esto condiciona el proceso de creación artística, así como la percepción y la opinión de sus receptores, provocando ignorancia, ansiedad e infelicidad.

La instrumentalización de la cultura y su consumo como bien económico y perecedero es una perversión contraria a su naturaleza. Somos prosumidores porque somos transformados en capital humano.

Los públicos son incluidos en la recepción de la expresión artística pero se les excluye de su creación. NAU cambia este paradigma con un espacio digital, colaborativo vivo y en expansión, en una forma simple de hipertexto.

NAU no tiene orden preestablecido, ideología, ni normas en su desarrollo. Es un espacio de reunión y creación común. NAU es una obra compartida, a la vez que íntima y privada. NAU es un rincón donde perderse unos segundos.

NAU pretende despojar de todo condicionante al ejercicio abstracto de sentir una obra artística, único para cada persona y desligado de presiones sociales o comerciales.

NAU es un oasis mental donde inspirarse durante unos instantes, para descansar de lo digital, dentro de lo digital.

NAU pretende ayudar al espectador. Es un arca mental y colectiva de creatividad y percepción.

NAU demuestra que no es cierto que si no se conoce algo no existe.

NAU es lo que cada uno quiera que sea.

NAU no es nada.